En los rincones más oscuros de los Montes Cárpatos, donde la noche parece eterna y los bosques susurran en lenguas olvidadas, existe un reino prohibido del que nadie habla en voz alta. No aparece en los mapas, pero todos han oído las leyendas. Un reino maldito donde reinan los vampiros, la sangre y las sombras eternas.
Dicen que en esas tierras los árboles sangran, las sombras se alimentan del aliento humano, y castillos ancestrales fueron construidos con pactos de sangre y siglos de sufrimiento. Allí, el miedo no es una emoción: es ley. Y quien se atreve a desafiarlo no encuentra respuestas… solo un silencio sepulcral que devora todo grito.
El Reino de la Sangre no es solo un cuento de horror gótico.
Es la crónica de un pacto oscuro, de una promesa escrita en carne y de una maldición vampírica que jamás debió ser despertada.
Porque hay puertas que no deben abrirse.
Y nombres que no deben pronunciarse.
Pero alguien lo hizo… y en El Reino de la Sangre, lo que entra, no sale.
Y lo que muere… no descansa jamás.